viernes, 15 de septiembre de 2017

"Rendición y entrega" revisitada (y algunas líneas).




Desencanto esnob

No ansío tomar parte en esta parte
del mundo que te pisa si asomas la cabeza,
que sonríe más blanco pero siente más negro,
que clica corazones y te niega el saludo,
que tiene la razón hasta cuando la pierde
por completo.

No quiero formar parte de la parte
del propio pensamiento si con ello alimento
toda clase de buitres que aletean mentiras
que rápido propagan más mentiras mayores
hasta que solo queda un poso amargo oscuro
de silencio.

Y-vayamos por partes- hoy tampoco
me apetece ser parte de aquella farsa inflada
que encumbra analfabeta escribidores baldíos,
y les aplaude infames faltas de ortografía
para que luego ellos hagan sonora caja
de caudales.

Que ando cansada hacia ninguna parte,
temiendo delatar emperadores en cueros,
porque la desnudez gusta cuando es ajena,
cuando son los demás los que ventilan sus partes,
libres de la vergüenza persistente de verse
observados.

Aunque en el fondo continúe de parte
de la parte estadística que inmóvil no sabe
cómo cambiar las partes implicadas en esto,
cómo seguir bebiendo de una ceguera densa,
que prefiere sentarse hasta que el ruido calle
por sí solo.

Es ésta la estrategia de una parte:
contenerse la náusea todo lo que se pueda,
que la rabia no estalle, que la pena no venza;
no salir en la foto, no pronunciar palabra,
poder no pensar más y ser deriva en parte;
solo en parte.


miércoles, 26 de julio de 2017

Una oreja (otra vez)


 Estudio rápido de una oreja (acrílico sobre cartón; 15x10cm)


Otra revolución como cualquiera

Las revoluciones no suelen ser bonitas:
a veces las maquillan en los libros de Historia;
se les quita la mugre que han dejado los años,
se les seca el sudor con toallitas húmedas.
Fueron feas a ratos estas revoluciones
pero han permanecido como tales.

Las revoluciones no suelen ser amables
cuando los ideales ya no sirven de mucho,
cuando estalla la rabia contenida por siglos,
cuando con buenas formas se va a ninguna parte.
No parecen amables detrás de sus pancartas
aquellos a quien hoy nadie cuestiona.

Pero esta revolución que tú haces cada día
me la enseñan sin gafas para que no la vea,
me la sacan en chistes con disfraz de enfermera,
me la quieren quebrar en los partidos de fútbol;
en el bar, los anuncios, en los grupos de whatsapp…
en el salón de casa de tus padres.

Y sin embargo sigues erguida sin cansarte,
luchando de a poquitos, abriéndonos los ojos,
haciendo que los sordos escuchen voces mudas;
entrando sin permiso, saliendo mal parada
de lamentables muros de las lamentaciones
sepultureros de revoluciones.

Jamás tendré el coraje de un revolucionario;
yo, que leo el prospecto de los medicamentos,
que me voy despertando de este letargo fósil;
 y es que en este momento no se me ocurre nada
que a todas luces sea más justo y más propicio
que la Revolución: aquí, contigo.



domingo, 16 de julio de 2017

Anonimatos relativos


Acrílico y Polychromos sobre madera (22x16cm cada pieza)


Anonimatos relativos

Para cuando transcurran diez o doce jamases
y deje de limpiar la porcelana china 
llevando puestos guantes de boxeo,
para cuando me estrelle las palabras
en la nuca antes de pronunciarlas,
para el momento en el que la vergüenza
se me vaya soltando de los huesos,
entonces me habré ido y seré nadie;
así sabrás que importa todo un bledo.




lunes, 12 de junio de 2017

Sigo sin ver


 Hace una eternidad que no publico nada por aquí. No es de extrañar. Las prisas y la falta de tiempo se llevan mejor con las redes sociales y los teléfonos listos. Resulta muy cómodo sacar una foto con un móvil y subirla sin apenas esfuerzo, sin apenas pensarlo. Todo es inmediato, fugaz, a tiempo real incluso. Ahora emitimos en directo cada detalle de nuestra existencia (o, al menos, tenemos la posibilidad de hacerlo fácilmente). Y, no se crean, lo encuentro práctico, estupendo, fascinante... pero también aterrador. Además, qué quieren que les diga, todavía le guardo cariño a este blog casposillo y pedante que me recibe siempre con los brazos abiertos, aunque le mantenga en un estado de letargo intermitente. Él es así, no me pide cuentas.

Pero, al grano: hoy quiero enseñarles una de las piezas de No somos nadie, mi actual exposición. El protagonista de Sigo sin ver, que así se llama la obra, aunque pueda parecer que espera una pronta ejecución, está buscando algo que no encuentra, por más que mira. Pero, claro, a ver quién es el guapo que le dice lo de la bolsa (ya lo sé, esto es un poco como el chiste del plátano en la oreja). Además nosotros, que ya tenemos bastante con nuestra propia bolsa, tampoco es que nos hayamos dado mucha cuenta. En fin...

Acrílico sobre tabla y cartón kraft pintado (68x40cm) 
 Vista parcial de la sala
Sigo sin ver, portada para folleto y catálogo de No somos nadie
Secuencia del proceso de creación o un descabezado en cuatro tiempos


Bueno, pues creo que de momento he cumplido con mi viejo amigo el blog hasta nuevo aviso. Les recuerdo que pueden visitar No somos nadie en el Centro de Artes Plásticas del Cabildo (calle Colón 8, Las Palmas de Gran Canaria) hasta el próximo 23 de junio, de lunes a viernes, de 10 a 21 horas. Ya me cuentan.



domingo, 26 de febrero de 2017

Divertimento

Procesos. 
Acrílico y polychromos sobre cartón (16.2x14.8cm)


"De verdad que no os entiendo; hoy se os llena la boca hablando del amor y penáis por las esquinas al no ser correspondidos... ¿acaso es esto el amor para vosotros? ¿es que no habéis aprendido nada? Seguid amando, ahí está la clave; amad como si cada día gastarais vuestro último miserable aliento, pero no hagáis ruido, no esperéis nada: no pervirtáis al más poderoso motor del mundo con el necio egoísmo de una respuesta. ¿En serio creéis que unos torpes manoseos a oscuras os cambiarán la vida? ¿os daría eso la felicidad?"

Edward Forrester: Desde el sur, el ocaso (1946).