Simpáticos animalillos los hámsters... Son seres con un gran sentido práctico y del ahorro. Consiguen guardar en sus abazones (las bolsas de sus mejillas) enormes cantidades de comida, que además -no sé cómo- permanece totalmente seca. A eso le llamo yo soluciones de almacenaje en el hogar, y encima mucho mejor pensadas que las cajas de Ikea, pues no ocupan espacio (las llevan puestas) ni requieren montaje alguno.
Siempre recordaré una vez en que ofrecí a mi hámster un suculento barquillo cilíndrico (esto fue hace mucho, cuando era pequeña). Él (ella, en realidad) no se lo pensó dos veces: como la oportunidad de acaparar se le presentó fuera de su jaula, cogió el barquillo con sus diminutas manos rosadas y se lo introdujo en la boca transversalmente, de lado a lado de la cara. Pensé que la pobre iba a reventar o a asfixiarse o algo, pero no...lo tenía todo calculado. Supongo que pensó: "me lo guardo para luego".
Se me ha ocurrido hacer esta ilustración donde lo explico para mayor claridad...
P.D. No exagero con el tamaño ni nada, la cosa fue así...al más puro estilo de la serpiente de
El Principito.
Pero esto no acaba aquí, en
2007 hice estos cuadritos sobre hámsters. Como ya no puedo tenerlos en casa (mi alergia no me lo permite), tengo que "desahogarme" de cuando en cuando pintándolos.
Acrílicos sobre lienzo (20x20 cm por pieza).
Colección Particular
Y ya en
2009, seguí
erre que erre con el tema, mientras empezaba a esbozar eso de los
microcuadros pop...
ADQUIRIDO
Pues nada, hasta aquí llega el
chute de roedores que pretendo administrarles hoy. Por el momento...
Espero que pasen las vacaciones (los que las tengan) lo más relajaditos posible, que el estrés es mala cosa.