¡Hola a todos!
No se me confundan con el título de esta entrada, que no me estoy refiriendo a nadie en particular. Me explico: llevaba ya algún tiempo rumiando la idea de plasmar en una obra algo relacionado con los siete pecados capitales. No sé si la cosa empezó cuando vi Seven (tranquilos, que no tengo en mente "pasar a mayores"), o por el hecho de que la inmensa mayoría de las obras pictóricas que me venían a la cabeza sobre el tema pertenecía a épocas remotas (como la conocida versión que El Bosco, audaz como siempre, llevó a cabo en el siglo XV) o, siendo más recientes (caso de Otto Dix, por ejemplo), presentaba un argumento excesivo.
Yo buscaba algo más simple: quedarme con el germen de cada pecado en la naturaleza humana, con la esencia de cada vicio lacerando nuestra moral, más allá de consideraciones religiosas, con el aquí y ahora de las bajezas de nuestro carácter. Así pues, reduje el formato del soporte para verme forzada a "ir al grano", y me puse manos a la obra. Por cierto, hablando de manos, he querido que sean un componente importante en la serie, ya lo irán viendo...
Pero bueno, basta de cháchara, por orden de realización, les presento al primero de los vicios de la serie: la soberbia.
Técnica mixta sobre tablilla (178x127mm)
Considerada la peor de los siete y además su origen, la soberbia habita en todos nosotros, más o menos dormida, eso sí, pero dispuesta a hacernos sentir superiores al resto de los mortales cuando menos lo esperemos. Les invito a abrir las páginas de cualquier periódico para localizar numerosos ejemplos. ¿A que tengo razón? ¿A que sí? ¿A que he dado en el clavo? Claro, como siempre, si es que soy la bomba...¡Ups, control, que la soberbia me posee!
Ay, ya se me pasa, menos mal...Pues nada, esto es todo por el momento, pero pronto habrá más, están ustedes avisados...