Acrílico sobre lienzo (15x15 cm).
¿Recuperados ya del susto porno-gay del capítulo anterior? Bien, bien, pero no se me confíen del todo, porque cuando menos se lo esperen...vuelvo a la carga con alguna otra sacudida sensorial, jeje...
Y ahora, para no perder el característico tono bipolar de este blog, cambiamos otra vez de tercio. Esta vez les muestro un encarguito que me han hecho. Me pidieron un soldado, pero que fuera tierno, así que enseguida pensé en los soldaditos de juguete (porque, por más que le daba vueltas, no le encontraba ternura posible a la guerra). Pero bueno, el protagonista de mi cuadro está a caballo entre el Soldadito de Plomo del cuento de Andersen (aunque el mío sea de madera, que me gusta más cómo suena Corazón de madera que Corazón de plomo, que además creo recordar que es una canción de Parchís...) y el Sargento Pimienta de los Beatles.
Un inciso para dejarles con mal cuerpo: ahora que lo pienso, la verdad es que me parece mucho más fuerte tratar de endulzar la guerra (infantilizarla incluso) como hago en esta entrada, que mostrar relaciones sexuales explícitas, como hice en la pasada, pero lo cierto es que el impacto visual no es el mismo en uno y otro caso, para qué engañarnos. Además viendo lo convulso que está el planeta, seguro que jugar a la guerra vuelve a ser el pasatiempo favorito de un montón de niños. No sé, ¿qué piensan ustedes?
Nada más, que pasen un buen día, sean felices y coman perdices. Nos vemos en la siguiente e imprevisible entrada...
Tienes razón Cris, es más fuerte hablar de la guerra que del sexo, pero aunque suene a demagogia, ya estamos curados de espanto con tanto bombardeo de imágenes de guerra tanto en cine como en tv, mientras que con el sexo todavía existen muchos tabúes y prejuicios que nos escandalizan más que ver una mutilación, un dictador e incluso un corrupto. En tu cuadrito veo mucha ternura y bastante color, así que no te preocupes...Bs
ResponderEliminarPues el mal cuerpo con esta ilustración sí me queda, sobre todo al verlo desde el punto de vista de, como tú dices, infantilizar la guerra, me parece muy cruel. Ahora bien con las imágenes de la entrada anterior de mal cuerpo nada, me parecen fantásticas, y lo de porno lo has convertido con ese collage tan bonito, en una imagen erótica y muy sensual. Espero que os vaya muy bien con la exposición. Ya nos contareis más.
ResponderEliminarSaludos!!
Cambio de tercio totalmente... :-))))) como tú dices...
ResponderEliminarPero lo que comentas es bien cierto... Uno no sabe qué es "más fuerte" o endulzar o mostrar una escena que no era sino de amor entre dos hombres... aunque fuera más o menos explícita... Porque más explícito que un soldado...
Aunque el que has hecho inspira ternura y recuerdos de infancia... ¿por qué? Será porque de pequeños todos jugamos a los "soldaditos" o leímos el cuento del Soldadito y la bailarina...???
Porque cierto es, de pequeños parece que jugar a "vaqueros e indios" era lo más... No habré echado yo batallas entonces... que mirado en perspectiva..., cuando uno ve lo atroz de los resultados de cualquier guerra...madre mía, qué inocentes somos de pequeños... :-))
El cuadro de todas formas es bello... :-)) aunque despierte ciertamente sentimientos encontrados... :-)
Sergio y Cristina&Mageritdoll
¡Gracias Nadia, Sonia, Sergio y Cristina! Supongo que lo de "jugar a la guerra" tiene sentido en un tiempo o lugar en que ese juego servía de "entrenamiento" para el futuro (siempre que el hombre sea o tenga que ser cazador). Hoy día en nuestra sociedad no es así, pero nos quedan restos de esos instintos y resultan poco útiles, salvo para jugar. Ojalá que todo se quedase siempre en eso: en un juego sin bajas. Un abrazo.
ResponderEliminarUna anotación: "Corazón, corazón, corazón de madera..." creo que era de un grupo más antiguo todavía, se llamaba "La Pandilla" y era del tardofranquismo, unos añitos antes que "Parchís".
ResponderEliminarEso si no recuerdo mal, claro, aunque siempre se puede preguntar al Dr.Google!
Yo creo que te refieres a "Capitán, capitán, capitán de madera", de La Pandilla. También acababa tarareando mentalmente esa canción cuando pintaba el cuadro...
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