martes, 7 de octubre de 2014

Que diez años no es nada


Año 2005. Practicaba despreocupada el dibujo con fondos de color neutro, algo que me ha engatusado siempre. Los apuntes más cotidianos, realizados sin otra pretensión que la de ir "haciendo mano", los hacía sobre kraft (el papel marrón de embalaje de toda la vida): doblaba un par de pliegos, los pegaba a la pared, y a trabajar. Lápices, barras pastel, carbón, ceras... todo lo aguantaba mi fiel compañero de celulosa. Al menos en el momento. Enseguida el paso del tiempo y mi dejadez conservadora llevaron a las obras hechas sobre tan poco noble soporte a un estado lamentable, irrecuperable más bien. Así que todo lo que me queda es esto (por lo menos esto): una mala foto.  "Veinte años no es nada" dice el famoso tango...¡ja! con menos de la mitad basta.

Las manos de mi padre (lápices de color sobre kraft, no recuerdo las medidas, pero aproximadamente un A1)

Ya lo saben, les recomendaría elegir bien los materiales de trabajo y luego ser un poco curiosos para conservar las cosas (hay fijadores, papeles secantes y carpetas estupendas en el mercado), que los años vuelven preciado lo que una menos se espera. No les pase como a mí...



2 comentarios:

  1. Ay, ahora parece que la modernidad debe ser efímera, y unas gotas de contemporaneidad como el cuscús con el aglutinante o cáscaras de plátano se ven hoy día pudriéndose sobre los soportes. Yo estoy contigo, no es que pretendamos eternizarnos como Leonardo, pero un cariño con lo que se hace es lo mínimo. ¡A por todas, Cristina!

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    1. Cierto, pero lo efímero se quiere plasmar durante el mayor tiempo posible en el soporte, así que supongo que la peor parte se la deben de llevar los barnices. Imagino al artista, muy serio, preguntando al dependiente de la ferretería: ¿esto lo puedo aplicar sobre, digamos, mierda de perro? ¿le pondría usted barniz acrílico o esmalte? ¿Tengo que esperar a que se seque totalmente antes de dar la primera capa? ¿Y si quisiera conservar el olor original? A veces se nos va la pinza pero bien...

      Gracias por tu visita, Pedro

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