REFLEXIONES INDOORS
La calle tiene algo; así: desperdiciada.
Hay cierta dignidad en el asfalto mudo
y en ese guante plástico tirado en el parterre,
liberado por fin de alguna mano imbécil
que me hace ver muy claro que la calle,
la calle tiene algo y no éramos nosotros.
No hay duda.
Observando la acera, tras coches olvidados,
hay tórtolas burlonas con andares humanos
que ahora van descansando de sus alas pesadas
y nos van imitando, con la soberbia bípeda
de quien se sabe a salvo por levantar un vuelo.
La calle tiene algo; así: desperdiciada;
que ella no necesita nuestros pasos perdidos
ni un manojo de miedos a un balcón asomado
para ser.
El día que volvamos a malgastar la calle
quizás hagamos bien en recordarlo:
"la calle tiene algo que no nos pertenece;
la calle tiene algo que no es nuestro".
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